Sobre mí

Nací el 10 de agosto de 1993 en la ciudad de Buenos Aires. Luego, mi vida podría resumirse así:
Yo quería ser futbolista
A los 11 años, Platense llamó a mi casa para decirme que no fuera más, que quedaba libre, que el club no me necesitaba. Era 24 de diciembre y hacía poquito que ya no creía en Papá Noel ni en sus renos.
Pero yo quería ser futbolista, y me fui a All Boys.
A los 13 años, All Boys llamó a mi casa para decirme lo mismo que Platense, pero con palabras más sutiles: "No vas a jugar en AFA. Sí, en Liga".
Pero yo quería jugar en AFA porque ningún futbolista profesional juega en Liga, y me fui a Comunicaciones.
A los 15 años, Comunicaciones ni siquiera llamó a mi casa. Tuve que ir yo a preguntar qué pasaba. Pasaba lo de Platense y lo de All Boys: libre, libre y libre.
Y no fui a ningún club más.
A los 16 años, el que llamó a mi casa fue el colegio. Citaron a mis padres para explicarles que yo era "uno de los tres peores alumnos de la institución" teniendo en cuenta jardín, primaria y secundaria.
A los 17 años, la libreta de calificaciones de Quinto entró por última vez a mi casa...con un 4 de promedio final en la materia Comunicación.
A los 18 años, en uno de los cajones de casa descubrí algunos cuentos de fútbol que había escrito a los 14, y pensé, riendo, "qué pelotudo".
A los 19 años, a través de un sueño me di cuenta de que quería ser ese "pelotudo" que escribía cuentos.
A los 24 años, la escuela Tea y Deportea donde me formé como periodista me entregó un diploma en reconocimiento a Calamus, el primer libro de cuentos e historias que escribí y publiqué.
Unos días más tarde, revolviendo papeles descubrí en otro de los cajones de casa mi boletín de segundo grado.
El boletín dice: "Es un fiel apasionado de las historias narradas o leídas, y participa con entusiasmo en dramatizaciones".
Hacía 17 años que el boletín estaba guardado en uno de los cajones de casa gritando que lo lea, gritando que me lea.
Yo no era futbolista.