La geometría de hoy anda de fiesta.
Ojos redondos miran pantallas cuadradas para formar relaciones de triángulo: entre piel y piel un celular clava la onda.
Hipnotizado en un like de Instagram, el mundo es un pañuelo que tiene prohibido sonarse los mocos.
Ninguna macana en la vitrina.
Todos trofeos.
Recién alguien filmó,
aterrado de quedar en el olvido para siempre,
una taza de té.
Alguien sigue siendo alguien:
23 corazones de Tik-Tok
le devolvieron el pulso.
No te toco, no te escucho ni te huelo. Pero te veo. En miniatura. ¡Qué grande estás!
Desocupadas,
las rodillas piden a gritos un sueldo,
mientras las huellas digitales
trabajan día a día full-time.
Los pulgares,
dedos que ya sólo respetan la dieta de la fama y el ego,
transformaron al hombre en diminutivo.
Qué flaquito está el mundo.
Y qué chiquito.
Somos todos Pulgarcitos.
Excelente Maestro!!! El resumen perfecto de la vida moderna...cada vez mejor lo suyo, felicidades
Buenísimo Santi!! Es tal cual el mundo de hoy, atravesado por las redes sociales