top of page
Buscar

Peripatetics

Santiago Capriata

Desde Barcelona, España.


Para llegar al barrio de Vall-D' Hebron, a seis kilómetros del centro de Barcelona, hay que trepar colina y asfalto. Allí está el Institut Ángel Guimerá, donde el 14 de septiembre de 2015 un profesor de Filosofía llamado Merlí subió las escaleras de entrada con las manos vacías, sin maletín ni apuntes recordatorios, y dio su primera clase.


Por sus clases es que vamos hacia allí, pero un kilómetro antes nos recibe el barrio de Sarriá, donde Iván Blasco, alumno de Merlí, encerró sus fobias para luego correrlas.


El plano de Sarriá está dibujado por un Dalí pasado de copas. Repleto de calles que una y otra vez salen de ningún lado, por todos lados, lanzando dagas de cuatro ruedas que obligan a frenar y a arrancar de nuevo, Sarriá se burla constantemente del mareo extranjero. Cuando por fin recomponemos latitudes encontramos lo que buscamos: la plaza que Iván miraba desde el balcón de su casa y no se animaba a pisar; la plaza con la fuente en el centro que en Netflix echa agua y fuera de Netflix echa, también, la frase "No es No" para que nunca se sequen las gargantas que denuncian violencias de género; y la plaza que en una de sus esquinas acoge al bar de la mamá de Iván.


El bar, de nombre Can Pau, hoy balancea su cartel de "abierto" y nos da la bienvenida con una foto de la serie colgada en una de sus paredes. El dueño es un señor de 52 años llamado Xavi, más parecido a Eduardo Sacheri que al histórico jugador del Barcelona.


"Cuando filmaron aquí, como el bar es pequeño, me revolvieron las tripas. Sacaron todas las mesas afuera para que entraran las cámaras. Hasta me desenchufaron la nevera. Dos días. Casi se me pudre todo", recuerda Xavi, aunque con una sonrisa aclara que "por lo que pagaron valió la pena".


Tras el café y la charla nos adivina el pensamiento y nos sugiere visitar el instituto donde filmaron.


El Ángel Guimerá en el que Merlí hizo de la Filosofía una materia universal que puede entenderla hasta un nene de 13 años no existe. El Ángel Guimerá es en realidad la Escola Mare de Déu de Montserrat, uno de los tantos colegios primarios de la zona. En este momento son las 11 de la mañana y al llegar a la entrada una mujer se adelanta y toca timbre. Cuando se abre la puerta, que posee las mismas rejas blancas que aparecen en la serie, nos pregunta si vamos a pasar. Nosotros repreguntamos si podemos sacar fotos y ella devuelve una mirada molesta con una negativa implícita.


-Esto es un colegio.


Las fotos quedan, entonces, del otro lado. Entre flash y flash otra señora que camina por la vereda de enfrente saluda y se queda mirando qué vemos nosotros que ella no ve.


-Merlí, Merlí. Acá se filmó -explicamos.


-¿Cómo? ¿Quién? ¿Merlí?


Y luego vuelve el silencio hasta que de pronto al otro lado de las rejas se escucha una melodía y una voz por altoparlante que le anuncia a Tobías, de primer grado 3, que sus padres ya vinieron a buscarlo.


La melodía la reconocemos de inmediato.


No es la de Merlí.


En las aulas donde alguna vez sonaron las teorías de Sócrates, Platón y Nietzche ahora suena, a punto de ruborizarse, la música de la Pantera Rosa.

2 Comments


Guest
Jan 12, 2022

Excelente serie y excelente texto!! Tu inspiración no tiene límites!!!!

Like

Guest
Jan 05, 2022

gran serie...increíble que hayas ido a buscar los sitios del rodaje. muy lindo

Like
¡Suscribite gratis para recibir nuevos textos!

¡Gracias por unirte!

  • Instagram
  • Twitter
bottom of page